Te voy a confesar que desde que soy una Shakira (casi 2 de 22) me he tomado muy en serio lo de ir al gym.
Voy 2 veces a la semana a entrenar con mi entrenador personal. No tengo vicios, M.Carmen, no tengo coche porque no le veo utilidad, y gasto en pocas cosas, así que me permitirás que te cuente que me doy el lujazo de tener a una persona observándome moverme 2 ha a la semana para hacérmelo más fácil. Luego voy otros 2 días a mi ritmo.
M.Carmen, pero te voy a confesar que no me gusta hacer deporte. No me gusta. Me parece un rollo. Y eso que he probado muchas cosas: clases dirigidas, nadar, correr, deportes de equipo, entreno en el gym, entreno fuera del gym, entreno online, con amigas, sin amigas… Y me parece un rollo.
Pero un día entendí que si quiero algo, si amo con todas mis fuerzas ese algo que quiero (véase estar fit), necesito amar el proceso, enamorarme de cada día que voy a mover el cucu, incluso de ese que llego 15 minutos tarde. Incluso de ese en el que traigo agujetas del día anterior y no puedo ni moverme.
Pero ojo, que ame el proceso no significa que si pudiera…. no me saltaría. ¿Te acuerdas de la peli de Matrix cuando Trinity pide aprender a conducir helicópteros mientras salta a un helicóptero que va a conducir?
Pues si pudiera hacer eso con estar más fit… lo elegiría. Porque yo no amo hacer deporte. Amo quién soy yo después de hacer deporte. No amo estudiar nuevos temas, actualizarme… Amo estar actualizada.
Pues a tu cliente le pasa lo mismo. No ama hacer meditaciones antes de ir a dormir. Ama dormir bien. No ama aprender otra forma de educar y relacionarse con sus hijos. Ama la relación que surge tras eso. No ama tener más autoestima. Ama a la persona que es tras un proceso de coaching contigo.
¿Entiendes por tanto al importancia de comprender a tu cliente? ¿Entiendes que vaya a decir ahora algo que igual te sorprenda?
Si entiendes todo esto… entiendes que
EL CLIENTE IDEAL HA MUERTO, LARGA VIDA AL CLIENTE IDEAL PERO SOBRE TODO AL PROBLEMA IDEAL.
What, M.Carmen, me acabo de cargar uno de los conceptos estrella del marketing? Pues sí. Pero no lo hago a la baladí, lo hago en un mundo donde existen miles de soluciones para el problema de tu cliente ideal, soluciones que llegan de todas partes del mundo. Por tanto conectar con el problema, la desazón, esa carencia que siente tu cliente es clave. O no te ha pasado alguna vez que digas… ¿ese curso/producto/servicio parece estar pensado para mi?
Pues eso estaban haciendo contigo: encontrar ese punto de dolor que ya existe en ti y recordártelo.
Bueno, y ahora te dejo aquí un podcast, de unos minutillos, para que, si te interesa, todavía ahondes más en este tema que me apasiona.
¡Gracias por haber llegado hasta aquí!
Y si te apetece contarme qué te ha parecido esta news, darle a responder y te leo 🙂